Vacuidad

lunes, 26 de abril de 2010

Ya no reconozco tus facciones a través de estos,

mis ojos abiertos de asombro.
Ya no escucho tu voz a través de 
mis oídos ávidos de disonancia.
No sé tu nombre.
Desconozco tu lenguaje.
Aquí ya no existes.

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¿Qué carajos me importa Nostradamus?

miércoles, 31 de marzo de 2010

No sé si es mi paranoia o mi estilo de vida tan poco saludable, pero últimamente me parece que mucha gente la pasa hablando de catástrofes y cosas así: el supuesto fin del mundo en 2012, el cambio climático, guerras climáticas, el cambio de los polos magnéticos, terrorismo, etc, etc, etc. En el trabajo y en la escuela, cuando mis compañeros se quieren poner interesantes y el ocio ya les ha consumido las únicas neuronas que les quedaban, se sueltan a explayar sus teorías acerca de conspiraciones turbias, cortinas de humo, y supuestos datos ocultos que por razones desconocidas sólo ellos conocen. Me dan risa, eso sí. A veces uno que otro se apasiona con sus teorías y salimos más o menos tensos, pero equis. Salgo de trabajar buscando llegar a casa y relajarme después de tanto estrés social. Prendo la tv para distraerme un rato, y ¡oh lord! ¿qué me encuentro? Discovery Channel y sus similares sólo hablan de lo mismo. Bueno, pues de qué se trata o qué.

Hace poco estaba viendo un inocente documental donde de manera muy morbosa y poco creíble se ponen a escudriñar un supuesto libro inédito de Nostradamus. O sea, ¿cómo pasa usté a creer que ése pobre incauto predijo lo de las torres gemelas? Ya, en serio, dejen descansar al pobre hombre. Ése tipo de ideas sólo dejan de manifiesto lo ególatras que son los gringos al pensar que en la historia el único ataque terrorista que pudo haber causado interés entre los videntes de aquella época fue su desastre de 2001. ¡O sea!.
¿Y qué más predijo aquél barbón? ¿El fin del mundo? ¿La llegada del anticristo? ¡Carajo! si tan sólo esas cosas pasaran ya, mi vida sería muchísimo menos aburrida y entonces yo estaría agradecida con la madre naturaleza por dejarme experimentar semejantes sucesos.

Pero no es así, mis queridos.

Al menos aquí en mi rancho la vida es mucho menos interesante que las predicciones de Nostradamus, o los rumores con los que se llenan la boca mis compañeros de aula y oficina. El supuesto armaggedon que los mayas predijeron no se ve venir. 
Aquí todos los días pasa lo mismo. Nadie se queja ni hay problemas ni trifulcas ni nada. A las 7 de la mañana pasa el camión del gas, a las 8 pasa el de los tamales; mi mamá hace el desayuno y todos comemos para después platicar cómo nos va mientras bebemos café; después me largo a mis deberes y en la noche, después de enfrentarme a la rutina más vulgar, llego a casa con la frívola esperanza de poder olvidarme del estrés y la voz de mis compañeros. Pero no. En Discovery channel y similares pasan los mismos programas estúpidos de siempre.

Nada pasa, pues.

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¡COMENZAMOS!

martes, 12 de enero de 2010

Probando, probando. Uno, dos, dos, uno. Tres, tres, tres, tres. Seis, seis, seis. Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis...
Bueno, mis estimados nadie, inauguro oficialmente éste nuevo espacio para los berrinches de mi espíritu atormentado.

Una mujer se la pasa de alegona. Ora, imagínese usté, una mujer como Larva de Mosca, pues más.

Ahí le encargo que no se vaya usté a fastidiar con las lecturas. Si le hace muina el fraude de textos que ésta señorita austera, vulgar y borracha, llegue a producir, le recomiendo ir a husmear a su twitter nomás como segunda oportunidá.

Pos bueno. Ahí los dejo.

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  © Post-Serendipia 2010

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